22.6.17.

EPÍLOGO



EPÍLOGO



Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...

Antonio Machado
Caminante no hay camino


BARCELONA, CHEQUEO ANUAL, NOVIEMBRE DE 2015



 Cuando me dieron de alta en diciembre del año pasado sabía que me esperaba un gran esfuerzo para recuperar la fuerza y el ánimo de la vida. Hoy, 5 de noviembre, se cumple un año del día del trasplante. Estoy en Barcelona en el chequeo anual. Los resultados del análisis del sangre están bien, también lo estoy yo. El médico repite que no tengo que tomar ningún medicamento, que debo vivir normalmente y seguir una dieta regular. De momento estoy bien. No estoy curada, pero sí en fase de remisión. El siguiente chequeo es dentro de cuatro meses, en marzo de 2016. Como mi salud se estabiliza, Maja recupera el optimismo y la fuerza. Las dos estamos agitadas por la situación política en Cataluña. El debate sobre la independencia y la secesión de España nos recuerda a la gran desgracia de la desintegración de Yugoslavia, que todavía no hemos asumido.
Antes del chequeo de este año he tenido tres chequeos cada tres meses: en febrero, abril y julio. Mi estado físico es mucho mejor. He dejado de llevar el corsé para la espalda. Según la recomendación del ortopeda Vojvodić, al principio llevaba cintas kinesiológicas para el dolor, hasta que los músculos a lo largo de la columna se tonificaran. Bañarme en el mar me ayudó particularmente. Pasé el verano con mi hermano Mirko y mi cuñada Slobodanka y disfruté de su compañía y del mar durante tres semanas. El agua caliente no es habitual debajo de Velebit, pero este verano ha sido una excepción. En Vir todo fue estupendo.
Desde que me ocupo de la salud, no digamos de la enfermedad, puedo medir el tiempo según mi lucha día a día, o de la manera más bonita: con el crecimiento de los niños de mi alrededor. Danica, la nieta de mi hermana Nada, nació cuando la enfermedad comenzó y ahora celebra su segundo cumpleaños, y Nora, la hija de Nela y Siniša nació el mismo día que ingresé en el hospital para el trasplante. Ahora ha celebrado su primer cumpleaños. Nuevas personas toman su lugar en nuestras vidas y así veo como el tiempo pasa rápidamente.
Diferentes libros de autoayuda y motivación en general indican dos posibles caminos cuando uno se enfrenta a difíciles retos en la vida: tratar de volver cuanto antes a tareas diarias o vivir de manera completamente diferente de la que se vivió antes.Para mí, el regreso a las tareas diarias fue un estímulo y un aliento. Simplemente, sentía que estaba viva de nuevo. Así que decidí continuar mi vida de profesora. Paso más tiempo descansando y en compañía de los amigos, lo que debería influir positivamente en mi salud. Cada nuevo día conlleva incertidumbre a todos y exige nuevos esfuerzos. Trato de mantener el optimismo y esperar el nuevo día con ilusión.


LUGAR DE NACIMIENTO, JUNIO DE 2015




Es un día de junio más caluroso de lo habitual. Mi hermano Mirko y yo hemos partido a visitar nuestro lugar de nacimiento, el pueblo de Grdanovci. Nos acompaña Slobodanka, su esposa. El pueblo está situado en los montes sobre Snaski Most y Lušci Palanka. Es el pueblo de Domazeti, mi abuelo Pane y mi padre Mlađen. Llevamos planeando la visita desde hace unos años.
Conducimos temprano por la mañana el 6 de junio, por la carretera al lado del río Sana. Miro el paisaje y pienso en las veces que he pasado por aquí en tren por el otro lado del río. Antes de llegar a Sana giramos rumbo al pueblo de Usmovce, junto al río Bliha. Pasamos al lado de naves arruinadas de la industria socialista, un espacio enorme, abandonado y la chimenea del antiguo gigante Šipad, popularmente conocido como Pilana[1]. En la escuela secundaria recibí una beca de esa empresa, por lo que les estoy eternamente gradecida.
Preguntamos en el pueblo por dónde debemos continuar hacia Grdanovci. Nos explican que hay un nuevo camino forestal allí abajo, por el otro lado del puente. Regresamos y continuamos. A diferencia de las arruinadas naves industriales, las casas en el pueblo sonnuevas y están bien decoradas. Nos dicen que los dueños trabajan en el extranjero. Conducimos una media hora por un camino de tierra y llegamos a la meseta debajo del monte Lisac. Ahora sabemos dónde estamos. Cuando subimos vemos un camino conocido que lleva a Domazeti y pasa junto a los caseríos y las casas de los Daljević, los Kovačević y de la escuela. Bajamos por el camino, pero no hay casas. Se ven dos o tres casas nuevas, no sabemos de quién son. Los tres hermanos Tode, Bićo y Pane son los mayores de Domazeti que nosotros recordamos. Después vinieron sus hijos y nietos. «No hay escuela, no se ve», repite Slobodanka mientras bajamos hacia el pueblo. Pasamos al lado de la renovada casa de nuestro familiar Ostoja. Mirko está contento, ya llegamos. Bajamos un poco más y allí, donde esperamos la conocida imagen de jardines, casas y pueblo, vemos solo arbustos y árboles. Mirko insiste, quiere encontrar el camino para entrar al pueblo a pie, pero no lo conseguimos.
Renunciamos y volvemos hasta la casa de Ostoja para preguntar por el camino. Ostoja y su esposa son de nuestra edad. Regresaron de Prijedor con su hijo, donde estuvieron durante la guerra en una casa de musulmanes. Su casa está restaurada. Tomamos café y por su historia nos enteramos de que ya no existe nuestro pueblo. Todo está destruido y descuidado. Le explican a Slobodanka que la escuela no se ve porque el techo está derrumbado y ahora los retornados guardan allí su heno. No hay niños, así que no da tanta pena. Slobodanka comenta que cuando vino la primera vez al pueblo, en el patio de la escuela fue la asamblea del Día del Levantamiento en Bosnia y Herzegovina, la fiesta nacional, el 27 de julio. Dicen que nadie ha regresado a nuestro pueblo. Una casa ha sido restaurada, pero nadie vive en ella, así que también está descuidada. Mirko no renuncia, pide que el hijo nos acompañe y nos muestre el camino para entrar. La persistencia no da fruto, no se ve nada. Solo justo enfrente de la pared derrumbada de la nueva casa de tío Miloš nos damos cuenta de que se trata de su casa. No se ve ni rastro de los cimientos de la antigua casa del abuelo. Le damos las gracias al guía y nos vamos.
Bajamos tristes por Lisac. Luego nos sentamos a la sombra y revivimos acontecimientos de la infancia. Sacamos de la memoria imágenes y personas que ya no existen. Mirko se queja de eso. No sé si se debe recordar el pueblo tal como fue antes o como es ahora. Comentamos el dilema y concluimos que debemos acordarnos de las dos imágenes. Mirko dice que en Lika ha visto muchos pueblos serbios destruidos, pero las ruinas y los cimientos de las casas han quedado a la vista. Aquí no se ve nada, quizás porque el terreno es diferente, no es de piedra.
Volvimos a Sana a ver la ciudad en que crecimos. Giramos en una fuente del Zdena que está protegida porque el agua se utiliza para abastecer la ciudad. Recogemos agua fría en nuestra botella y bebemos de un vaso que quema del calor que hace. Descansamos, escuchamos el murmullo de la fuente que trae recuerdos. De pequeños veníamos aquí en la madrugada del Uno de Mayo. El color azul delos guardapolvos de los obreros se mezclaba con el rojo de las banderas. En Pilana trabajaban unas tres mil personas que participaban en las celebraciones de los obreros. Los discursos festivos sobre los logros laborales eran un ritual habitual. Después empezaba la fiesta popular con la música. El buen tiempo contribuía a la belleza de la experiencia.
Por el camino junto al Zdena llegamos a la casa de nuestra infancia. Ahora nadie vive aquí y la casa se vende. Mi hermano Nikola vendió la casa después de la guerra al hombre que se había alojado allí por la fuerza cuando los serbios habían sido expulsados de Sana. Ahora vive en Banja Luka. Entro en el jardín descuidado, la casa está cerrada con llave. Estoy de pie al lado del pozo y respiro los olores conocidos de esa tierra y ese aire. Saco fotos del jardín y del pozo para Maja. Para ella el pozo tenía una atracción mágica. Con la mirada sobre el páramo busco el río, que está a unos cien metros de la casa. El Zdena, aunque pequeño y frío, es muy importante para nosotros. Allí hacíamos la colada, nos refrescábamos en verano y aprendíamos a nadar.
Ya sabíamos que nuestros antiguos vecinos del otro lado de la calle, los Crnomarković, habían regresadoa Sana. En la planta baja de la casa hay una cafetería. Nos refrescamos y hablamos con los vecinos. A mi pregunta de qué es lo que se encuentra en el nuevo, bajo y largo edificio que llega casi hasta el Zdena, responden que es un asilo de ancianos. El dueño es una organización no gubernamental de Alemania. Añaden que es una de las pocas empresas que funciona y da trabajo.
Nos queda ir a Šušnjar y visitar las tumbas de nuestros padres. Mamá Sava murió en febrero de 1987 y nuestro padre Mlađen, en diciembre de 1993. El cementerio está bien mantenido. Durante de la guerra de los noventa había monumentos rotos, pero nadie rompía las lápidas con la estrella de cinco puntas. La lápida de mis padres es de esas. Pasamos un tiempo en el cementerio y cada uno por sí mismo reflexiona sobre el pasado y sobre si volverá y cuándo lo hará. Propongo que visitemos el complejo memorial de los partisanos caídos en la Segunda Guerra Mundial que está frente al cementerio civil. Entramos en elparque y nos dirigimos hacia el monumento. El parque está descuidado, hierbas y arbustos han cubierto las pistas. Cuando llegamos a la llanura donde está el monumento compuesto de placas de metal en forma de silueta, vemos que todo está oxidado y roto. Se nos acerca una señora que nos explica que ella solía ocuparse del complejo, pero no que ya no es empleada. El terreno del parque se subastará y el monumento será derribado. Comentamos que ya ha durado mucho porque los monumentos de partisanos ya han sido derribados hace mucho tiempo en varias repúblicas del antiguo estado.
Es sábado por la tarde. Tranquilidad completa por todas las partes, no hay ni coches ni gente. Sí hace calor, pero es raro que nadie tenga alguna razón para estar en la calle. Paseamos por el centro, visitamos el antiguo hotel y continuamos hacia el puente sobre el Sana. Propongo que regresemos y visitemos la iglesia ortodoxa. Desde fuera parece que nada ha cambiado. Entramos en el patio, pero en la iglesia no podemos, la puerta está cerrada con llave.

*
Nos sentamos en el banco del patio de la iglesia y hablamos de la verbena que se celebraba el 19 de agosto, en la Transfiguración, el día en que Jesucristo se transformóen luz. Mamá Sava decía que a partir de ese día la naturaleza cambiaba y que empezaba el otoño. En ese día venían los familiares de papá y mamá de los pueblos cercanos: Grdanovci, Lušci Palanka y Otiš. Unos vendían ganado, otros iban a la iglesia y disfrutaban en la verbena. Eso significaba que se juntaba una muchedumbre en casa, y más invitados, tanto conocidos, como desconocidos. Para nosotros, los hijos, esa fiesta no tenía el significado religioso que teníapara los demás en casa; la vigilancia de mi padre hizo que fuéramos ateos, especialmente nosotros, los hijos. Mi madre era agnóstica, como se dice hoy en día, pero nunca dejó la costumbre de no hacer trabajos duros cuando era el día de algún santo, ni de santiguarse antes de dormir.
Luego, cuando crecimos un poco, fuimos a la verbena con los amigos y disfrutamos del ambiente con carrusel y dulces. En la reunión en el patio de la iglesia fui con una de mis primas del pueblo. Primero se iba a la iglesia. Luego ellas bailaban kolo y miraban a los chicos. Mirko se fue a Sarajevo a la escuela militar y dejó de ir a la verbena. Cuando era estudiante de secundaria, e incluso en la facultad, me alegraba de que llegara la verbena y de la oportunidad que ofrecía de ver a muchos viejos amigos. La impresión era completa si en Sana estaban Jela o Rade, mis amigos y compañeros del tren. El paseo de ida y vuelta por el korzo[2]desde la casa de Jela, sobre el puente, hasta el antiguo Hotel Sana era la mejor manera de ver a todos y de ser vistos. En esos doscientos o trescientos metros del paseo principal, desde el cine, sobre el puente y la plaza hasta el hotel, podíamos ver y chismear sobe todos que nos interesaran.
Continuamos el recorrido y nos dirigimos hacia la mezquita que está situada junto al mercado, en la otra orilla del río Sana. Lo que nosotros recordamos es un simple templo con un minarete, pero ahora es diferente. El edificio se ha ampliado notablemente, se han construido tres minaretes más y ahora los cuatro minaretes se levantan en el centro de la ciudad. Nos sentamos en la taberna que está en la terraza del edificio de Konzum y miramos a las calles desiertas y el puente sobre el Sana.
El regreso de los refugiados a Sana después de la guerra fue selectivo. Los serbios evitaban regresar porque el Sana se había quedado en territorio de la Federación. Vendían sus propiedades y compraban casas en la Republica Srpska. Lo que no podían vender quedó abandonado, como nuestro pueblo natal. Los croatas tampoco regresaron porque no tenían dónde trabajar. El programa de ayuda que ofreció Alemania a los refugiados de Bosnia fue utilizado por muchos musulmanes para regresar a Sana. La administración municipal les prometióel oro y el moro, pero se quedó en nada. Cuando gastaron sus ahorros tuvieron que buscar trabajo en otro lugar.




[1] La palabra pilana en serbio significa aserradero. (N de la T)
[2]Korzo es el paseo o la calle principal por la cual suelen pasear los habitantes de un lugar (especialmente los jóvenes) a una hora determinada según la costumbre social. (N de la T)

CINCUENTA ANIVERSARIO DE LA MATURA[1], JUNIO DE 2015



Me enteré por un colega de que se organizaba la fiesta del cincuenta aniversario de la matura (del fin de la secundaria) en la Escuela Secundaria de Economía en Prijedor. La fecha de la celebración fue el 6 de junio de 2015. Me pongo en contacto con los organizadores, Jovanka y Jela. Quiero ir porque eso, de alguna manera, cuadra con este momento en mi vida y con mi exploración del pasado.
Después de la enfermedad, todavía no estaba segura de mi fuerza, pero el 5 de junio viajé a Prijedor y me alojé en un hotel. Para apoyarme me acompañan mi hermano Mirko y mi cuñada Slobodanka.

*
Estoy pensando en mis días escolares en esta ciudad. Me matriculé en la Escuela Secundaria de Economía en Prijedor. Conseguí una beca de la Empresa Forestal e Industrial de Sana. A la escuela íbamos en tren. Nos levantábamos antes de las cinco para estar en la escuela a las siete y esperábamos a que empezaran las clases. Y lo mismo por la tarde: después de las clases, esperábamosla salida del tren y llegábamosa casa sobe las cinco de la tarde. Durante la espera había tiempo para estudiar y leer. Pero no era fácil encontrar un lugar tranquilo. Los estudiantes esperaban el regreso en los vagones de un tren que estaba en una vía lateral. En el ambiente abundaban lasbromas infantiles incontrolables que amenizaban la espera.
En esa época de los sesenta todos éramos pobres, pero mi familia especialmente. El sueldo de obrero de mi padre no era suficiente para cubrir la comida, la ropa y la educación de cuatro hijos. El resto de los alumnos, mis amigos, también estaban en una situación similar o peor. Lo más importante eraque íbamos a la escuela. Los profesores lo entendían y nos ayudaban cuando podían.
Al llegar a cuarto, empezó la incertidumbre por el futuro. Durante elúltimo semestre comencé a escribir en un diario para disminuir esa incertidumbre de alguna manera. Miscompañeros de clase escribieron algo en él como recuerdo. Así, de algún modo, envolví mi vida pasada. Mi mejor amiga Jela y mi primo Rade, los dos mayores que yo, con quienes viajaba a Prijedor, ya se habían ido a la facultad. Superé la separación. Quería estudiar, pero tenía la obligación de trabajar cuatro años para devolver la beca. En junio me informaron de que estaba exenta de esa obligación. Ya eralibre y podíair a la facultad.
La hora acordada para el encuentro de la generación es a las cuatro enfrente de la escuela. Hace mucho calor en Prijedor. Me paro un poco lejos del grupo de gente que se ha reunido enfrente de la escuela y miro a mi generación. Se nota que han pasado cincuenta años. Me uno al grupo, entramos a la escuela y nos sentamos en los bancos. En la generación de alumnos de 1964/65 había dos clases, una de mañana y otra de tarde. Yo iba a la escuela por la tarde porque venía de Sanski Most. Otros alumnos que iban por la tarde también venían desde pueblos cercanos.
De los sesenta alumnos aproximadamente de la generación hemos venido dieciocho, ocho de mi clase y el resto del turno de tarde. Está también el profesor de derecho, unos años mayor que nosotros. Había acabado recientemente la carrera universitaria cuando nos dio clase en cuarto. Pasamos un tiempo en los bancos y hablamos de nuestras vidas. Salgo de la clase y paso por la escuela. Las plantas superiores están restauradas, pero la planta baja todavía no. Estoy frente a la sala de profesores y regreso a esos días escolares. Era una alumna buena y educada y no tenía miedo de la escuela ni de los profesores, pero en ese espacio existía un respeto al encuentro con la autoridad superior. Siento esa tensión.
Al cabo de un rato vamos de paseo por la ciudad y luego nos esperan la cena y el compañerismo. Prijedor ha cambiado. De kasaba[2] se convirtió en ciudad, la tercera más grande de la República Srpska. El brazo pantanoso del Sana, Berek, está cuidado, como también el parque que lleva hasta la parte antigua de la ciudad. El centro se ha ampliado, antes consistía en una calle, ahora es un verdadero núcleo urbano. La ciudad ha llegado a orillas del Sana. Hay muchas nuevas escuelas secundarias, pero también muchos nuevos habitantes. La guerra de los noventa causó una reubicación de la gente. A Prijedor vinieron los serbios del cantón Sansko-unski de la Federación.
Durante la cena trato de enterarme de algo más sobre los otros de nuestra generación, leyendo los mensajes y firmas de mi diario que he traído. A recordar me ayudan Čađo y las hermanas Rada y Dara, que son de mi clase y viven en Prijedor. Primero descubro que muchos de los que ahora viven en Prijedor no querían venir porque no querían encontrarse con musulmanes o viceversa. Unos han muerto, otros no han podido venir o no están invitados porque no había forma de contactar con ellos. De los que estamos, dos viven en Serbia, tres en otros países europeos y el resto en Prijedor y Banja Luka. Mencionamos a los profesores que nos enseñaron. Todos nos acordamos del joven profesor de serbocroata, Marčetić, quien nos inspiró literariamente. Yo incluso escribí un cuento para un concurso municipal y gané el segundo premio. Todos tenían recuerdos maravillosos de él, especialmente teniendo en cuenta que había muerto muy joven. Los de mi clase hablamos de nuestras dos profesoras principales: Danica, profesora de inglés, alumna americana y una verdadera dama. Aunque a nosotros nos parecía presumida, ella trataba de llamar la atención discretamente, especialmente a las niñas, cuando algo enla ropa o el pelo no estaba bien. Dana era la otra profesora principal, con quien nosotros terminamos cuarto y ella su carrera laboral. Por eso se comportaba con nosotros como con sus hijos. Dormí en su piso las varias veces queno había podido regresar a Sana.
Hablamos de aventuras diferentes. Recuerdo cómo me copiaban los deberes antes o durante la clase. Me acuerdo de que a menudo pasaba la clase en el pasillo porque los profesores me echaban fuera por susurrar. Una vez incluso le pedí al profesor que me dejara regresar a mi sitio porque en el pasillo hacía mucho frío. Prometí que estaría callada. Había de todo…
Algunos pasaron toda la noche bailando, disfrutando de la música. Nuestro compañero Šanta se jactó de que era un exitoso hombre de negocios y de que trabajaba en Sana. No entendí bien de qué hablaba, porque no sabía que en Sana existiera ninguna gran compañía. Los otros me explicaron que él era combatiente del Quinto cuerpo, el comandante Dudaković. Ellos eliminaron a los serbios de Snaski Most al final de la guerra, cuando se negociaba la frontera entre la Federación y la República Srpska.
Eso no me agitó mucho porque ya había superado la expulsión de mi hermano Nine de la casa familiar de Sana. Afortunadamente, mis padres no lo vivieron. Mi hermano y sus compañeros no aceptaron que la frontera ya había sido acordada y cuando Arcan dejó el Quinto cuerpo a Sana, se quedaron aislados en Grmeč diez días, hambrientos y ateridos.
Terminamos la fiesta sobre la medianoche. Acordamos que en el futuro quedaríamos cada año. No sé si será así, pero la sola intención es un estímulo. Estoy contenta de haber venido al aniversario y de haber renovado los recuerdos de miépoca estudiantil.



[1]Matura (lat. maturus: maduro) es el examen al que se presentan los estudiantes cuando terminan la secundaria. La maturase entiende como un examen de madurez, y al aprobarlo se organiza la fiesta de matura.Después,cada cinco o diez años la generación se reúne para celebrar el aniversario. (N de la T)
[2]Kasaba palabra de origen turco que significa pueblo, burgo. (N de la T)

FIESTA – BRUNCH, MARZO DE 2015



Se han cumplido todos los requisitos para celebrar una pequeña fiesta el Día de la Mujer o en mi cumpleaños. Maja viene el 7 de marzo porque tiene clases en la Escuela, en Belgrado, y en Aperion, en Banja Luka. La fiesta es el domingo sobre el mediodía, un brunch, de los queahora está de moda. Considero que estoy lo suficientemente fuerte para hacer el esfuerzo.
Los invitados fueron la familia más cercana, Nada y Vika, las amigas de Maja y yo; unas veinticinco personas. Reservé el lugar, la bebida y el servicio en un bar que tenía terraza de invierno y también estaba cerca del piso. Invité a un acordeonista para que animara un poco el ambiente. Para la comida, pedí un catering. Disfruté mucho con la organización y las preparaciones.
El día de la fiesta hacía fresco, pero estaba soleado. Todos estábamos de buen humor, particularmente yo porque estaba bien y porque estaba con personas queridas. Generalmente, todos nos conocemos entre nosotros, pero nos vemos con poca frecuencia y esa fue una oportunidad para charlar y ponernos al día denuestras vidas. Me alegré especialmente de ver a mis primas, de mi tío de Smederevo, y sus hijas que viven en Belgrado. Hablamos de Smederevo y me cuentan que la tía Zorka menciona a menudo que yo me he vuelto presumida y ya no voy ahora que ella es vieja, pero que cuando estudiaba iba a menudo. Admito que el reproche está justificado. Iba a Smederevo con mucha frecuencia, pero siempre con prisa. Cuando trabajaba en Metalservis eran visitas de trabajo a Železara Smederevo al menos una vez al mes. Mile también trabajó durante cierto tiempo en la administración judicial. Íbamos de visita a diferentes reuniones familiares, pero todo eran encuentros cortos y conversaciones superficiales. Entre Mile y yo había un acuerdo tácito demantenerel contacto y tomardecisiones acerca de lapropia familia. Siniša era la excepción de ese acuerdo tácito. En las relaciones entre padre e hijo siempre hayuna rivalidad. Entre ellos dos el antagonismo político era particularmente evidente. La referencia a los principios y al soy yo el que tiene razón no es la mejor manera de resolver los conflictos familiares. Los dos apreciaban mi actitud conciliadora, lo que unía nuestras vidas. Ahora mantengo relación con la familia de Mile, especialmente con la de Dokmir, porque los herederos, Siniša y Maja, no lo han asumido. Cuándo lo harán, no se sabe.
Los jóvenes se preocupan por la vida que tienen delante de ellos, y nosotros los mayores por la que nos va quedandodetrás. Precisamente esa curva de movimientos nos lleva a malentendidos. El reproche de mi tía lo puedo entender ahora, pero si lo hubiera oído cuando fue hecho, lo habría considerado infundado. El modo de vida en las grandes ciudades ha cambiado las relaciones familiares. Los jóvenes se relacionan en las redes sociales. Siniša, Nela y Maja mantienen contacto de ese modo. Ahora Nora traerá nuevos impulsos y formas en las reuniones familiares.

21.6.17.

NOMBRAMIENTO DEL TÍTULO DE PROFESORA EMÉRITA, FEBRERO DE 2015




Asisto a la solemne sesión del Senado de la Universidad de la Academia de Comercio en Novi Sad. Hoy, 26 de febrero, el rector, el profesor Dr. Kolar, con un apropiado discurso sobre los méritos, me ha concedido el título de profesora emérita. La elección para el nombramiento fue terminada a fines de septiembre de 2014. La universidad puede conceder el título de profesor emérito a un catedrático jubilado. El profesor emérito pude participar en todas las formas de enseñanza en los estudios del doctorado y en la investigación científica prácticamente durante toda su vida. Estoy contenta. Me han concedido el mayor título académico y universitario. Una carrera exitosa. Me alegro especialmente por sentirme mejor y por poder asistir a la sesión solemne del Senado. Recibo las felicitaciones de los colegas profesores y muy brevemente agradezco a los miembros del Senado, profesores, estudiantes y a los fundadores de la Universidad.
El tío Mirko, oficial de guardia y marido de Sava, la hermana de mi padre, que vivió en Topčider, me matriculó en la Facultad de Economía en Belgrado en el año 1965. Desde aquel momento hasta la concesión del título de profesora emérita han pasado cincuenta años. Cuántos años, acontecimientos y esfuerzos hay detrás de mí. Primero fueron los estudios universitarios, el magisterio, el doctorado y finalmente, el trabajo en la Universidad.

*
Los estudios universitarios son un gran cambio comparando con la secundaria. Además, está la venida a la gran ciudad. Ya había estado antes en Belgrado. La primera vez viajé sola en séptimo de primaria y me quedé con mitía Savka. Después fui a Smederevo, donde vivían misotras dos tías, Zorka y Joja. Esa relación familiar decidió que iba a estudiar en Belgrado y no en Zagreb, que estaba dos veces más cerca de mí y con una mejor conexión. Menos mal que fue así, porque como serbia de Bosnia, sobreviví más fácilmente todo lo que sufrió el país en la época de los noventa.
Sin beca no habría podidoestudiar. La beca que tenía en secundaria cubríamás de lonecesario, porque entonces vivía en casa. Ahora las condiciones han cambiado y la beca apenas cubre los gastos básicos de la vida en Belgrado y los libros. El primer año me retrasé en la entrega de los documentos para la residencia de estudiantes y viví en casa de unos amigos de mi padre, Dragica y Triva, en Karaburma, y luego en Studentski grad. Los requisitos para obtener la beca eran matricularme en el curso siguiente y haber aprobado todos los exámenes del curso anterior.
Al matricularme en la facultad pude escoger entre el departamento de Economía General y el departamento de Economía Empresarial. Como había terminado la escuela secundaria de economía, estaba saturada de las asignaturas de economía empresarial y me matriculé en el primer departamento, con un currículo diseñado especialmentepara estudiantes de instituto, porque contenía Matemáticas I y II y Teoría de la Estadística, basada en matemáticas. En la escuela secundaria de economía había estudiado solamente matemáticas para economistas, pero consideraba que estudiar no seríaproblema para mí. Pagué esa soberbia con el miedo a perder la beca, porque suspendí Teoría de la Estadísticados veces. Eso significaba que no podría matricularme en tercero, porque no había más convocatorias de exámenes. Me acuerdo de cómo estaba sentaba en el cine de la residencia de estudiantes y aprovechaba la oscuridad para poder llorar en soledad y conformarme con lo que me pasaba.
Ahora, cuando invoco esos recuerdos, reconozco la misma desesperanza y la reconciliación con el destino que cuando me enteré de que estaba enferma.
En las habitaciones femeninas del cuarto bloque de la residencia de estudiantes no hay donde estar sola. Las habitaciones son cuádruples, más alguna que otra chica ilegal, así que siempre hay una muchedumbre. En los pasillos es lo mismo, porque allí las chicas tratan de tener algún momento de intimidad con los chicos que están de visita.
Paso unos días como en delirio. Al final, la salvación. Llega el aviso de los servicios estudiantiles de que la convocatoria de exámenes de octubre ha sidoaprobada porque de los ciento cuarenta estudiantes matriculados solo cuarenta han aprobadoTeoría de la Estadística. Muchos estudiantes no podíanpasar al curso siguiente y fue aprobada una convocatoria adicional. Al saltar sobre este obstáculo, llegué a ser estudiante de tercero, veterana, participante de la acción federal del trabajo en Montenegro en la construcción de la autopista Bijelo Polje – Kolašin. Me llevó la nueva energía del enamoramiento y de la autoconfianza. Eso coincidió con las manifestaciones de estudiantes delaño 1968, que me activaron políticamente. Así llegó1969 y el fin de los estudios. Dejé Studentski grad un año más tarde. Fui ilegal en el primer bloque masculino. Ese año me sirvió para separarme de la vida estudiantil y entender que era momento para nuevos retos.
Empecé a trabajar en Belgrado en cuanto terminé la facultad. Continué estudiando y me matriculé en los estudios de máster también en la Facultad de Economía en Belgrado. Aprovechaba los estudios para descansar del trabajo: se sabía concretamente qué se debía aprender y el profesor estaba para cualquier cosa que no te quedara clara. Escribir la tesis de maestría fue mucho muy difícil, pero no renuncié, lo que ocurría muy a menudo entre los estudiantes. Menos mal que sentía vergüenza de dejarlo, así que continué y terminé. Defendí la tesis de maestría en 1977 con el profesor Ćirović de director. El títulode la tesis fueEl sistema de los flujos financieros en Yugoslavia: análisis metodológico y empírico del periodo hasta el año 1966.
Dejé los estudios y la carrera académica. Después del máster entré en el ámbito de la gestión y la política. El deseo del aprendizaje clásico no me dejó, pero en mi vida de gerente, llena de reuniones y comunicación, era difícil compaginar la investigación y la escritura. Tuve tiempo quizás para una breve carta de negocios.
A instancias del profesor Radunović, empecé mi tesis doctoral en la facultad de Economía. El profesor Radunović era un pedagogo experimentado y un buen hombre al que le adornaban las mejores cualidades montenegrinas de moralidad y paciencia. La escritura de la tesis doctoral duró casi cinco años porque no tenía tiempo para investigar y escribir. Continué con la escritura de la tesis cuando trabajaba de secretaria de la Asociación de Comercio de la Cámara de Comercio de Belgrado y viajé menos. En 1987 recibí mi título de doctora en la Facultad de Economía en Subotica, Universidad de Novi Sad, con el porfesor Kalinić de director. El títulode la tesis fue Flujos de mercancías y finanzas: la base de la cooperación continua entre la producción y el comercio. Uno más de mis pasos grandes en la carrera académica está hecho. Y sin embargo continué una carrera laboral que no exigía el doctorado.
Comencé mi carrera académica con el puestode profesora ayudante en la Facultad de Economía de la Universidad de Priština en enero de 1996. A la edad de cincuenta añoshablé en Priština con el decano de la Facultad de Economía, Anđelković, y con el vicedecano Zelenović sobre el trabajo. Había comenzadoa trabajar a la edad de veintitrés y ahora, con más años de experiencia que entonces de edad, quiero empezar una nueva carrera. Por fin han quitado el bloqueo económico y parece que los peores años para Serbia han pasado. Después de unos años de trabajo en España, quiero regresar a Belgrado. He hablado con mi familia y mis amigos sobre el trabajo. Tengo una amplia experiencia en economía, negocios y administración. No obstante, sé que todo ha cambiado; el nuevo país, la privatización de la economía y esa experiencia solo me lo pondría difícil. Hacía falta empezar con algo nuevo, quizás con un trabajo en la universidad. Gracias a mi amigo Sekulić, que escribió en mi nombre la solicitud para la convocatoria de profesor ayudante en la Facultad de Economía en Priština, ahora he venido a la entrevista.
En la entrevista me entero de que hay un plan para fortalecer alprofesorado de la Universidad de Priština. El encargado de nuevos docentes era el vicedecano Zelenović. La entrevista fue agradable. El vicedecano Zelenović, en un momento, me dice: «¿Y usted, de España directamente a Oriente Próximo?» Me pareció una broma, pero cuando conocí mejor la situacion en Priština, entendí a qué se refería. La conversación con el rector Papovićresulta bastante desagradable por su pregunta sobre mi edad y el inicio de mi carrera académica. Lo entendí como un machismo débil. Respondí que era importante para los estudiantes que sus profesores tuvieran experiencia conlos negocios, no solo con loslibros. Su comentario fue que nuestros profesores empezaban de asistentes de enseñanza y se quedaban en la facultad hasta la jubilación. El vicedecano Zelenović diosu consentimiento y pudo empezar el procedimiento de admisiónlaboral. Casi diez años después de la defensa del doctorado, fui nombrada docente de la asignatura Organización de operaciones de comercio exterior. El esfuerzo invertido en la obtención del título de doctora por fin tiene sentido.
Empiezo la preparación de las clases. Más que la enseñanza, me preocupa cómo voy a viajar y vivir en Priština. Del decanato explican que los profesores, cuando tienen las clases, tienen alojamiento en unas habitaciones renovadas de la residencia de estudiantes. Los profesores también pueden tener un piso si quieren trasladarse a Priština.
La primera vez que pasé por Priština fue con Mile de camino a Ohrid. Hicimos esa ruta turística para conocer monasterios a finales de los setenta. Luego, trabajando para Metalservis, fui varias veces por negocios. La ciudad estaba llena de bullicio y gente, generalmente albaneses. La relación política entre serbios y albaneses ahora es tensa. Los pueblos serbio y albanés viven en dos mundos paralelos. En la facultad no hay estudiantes albaneses, ellos estudian en sus facultades, no se sabe dónde están. Han venido muchos profesores nuevos, serbios de la Universidad de Sarajevo que también viven en Priština., Algunos profesores de Serbia viven aquí, pero la mayoría vive fuera. Había comenzado afraguarse lo que iba a venir más tarde, a finales de los noventa, y que dura todavía. Se habla de los ataques de los albaneses, los soldados muertos, pero todo a media voz. Pasaron tres años así, y entonces, en 1999, hay una huida general y el 24 de marzo empieza el bombardeo. Dos meses antes dejé Priština.
En enero de ese año conseguí trabajo en la Universidad de los Hermanos Karić. En esa universidad ocupé el puesto de profesora adjunta y luego de catedrática. Como el ambiente cambiaba, yo cambiaba de universidades, pero permanecía en la docencia. He sido profesora durantemás de veinte años y puedo decir que la combinación de energía juvenil y curiosidad de los estudiantes con la experiencia y el conocimiento de los profesores tiene un poder encantador que conlleva alegría y resultados.