Me enteré por un colega de que se organizaba la fiesta del cincuenta
aniversario de la matura (del fin de
la secundaria) en la Escuela Secundaria de Economía en Prijedor. La fecha de la
celebración fue el 6 de junio de 2015. Me pongo en contacto con los
organizadores, Jovanka y Jela. Quiero ir porque eso, de alguna manera, cuadra
con este momento en mi vida y con mi exploración del pasado.
Después de la enfermedad, todavía no estaba segura de mi fuerza, pero el 5
de junio viajé a Prijedor y me alojé en un hotel. Para apoyarme me acompañan mi
hermano Mirko y mi cuñada Slobodanka.
*
Estoy pensando en mis días
escolares en esta ciudad. Me matriculé en la Escuela Secundaria de Economía en
Prijedor. Conseguí una beca de la Empresa Forestal e Industrial de Sana. A la
escuela íbamos en tren. Nos levantábamos antes de las cinco para estar en la
escuela a las siete y esperábamos a que empezaran las clases. Y lo mismo por la
tarde: después de las clases, esperábamosla salida del tren y llegábamosa casa
sobe las cinco de la tarde. Durante la espera había tiempo para estudiar y
leer. Pero no era fácil encontrar un lugar tranquilo. Los estudiantes esperaban
el regreso en los vagones de un tren que estaba en una vía lateral. En el ambiente
abundaban lasbromas infantiles incontrolables que amenizaban la espera.
En esa época de los sesenta
todos éramos pobres, pero mi familia especialmente. El sueldo de obrero de mi
padre no era suficiente para cubrir la comida, la ropa y la educación de cuatro
hijos. El resto de los alumnos, mis amigos, también estaban en una situación
similar o peor. Lo más importante eraque íbamos a la escuela. Los profesores lo
entendían y nos ayudaban cuando podían.
Al llegar a cuarto, empezó la
incertidumbre por el futuro. Durante elúltimo semestre comencé a escribir en un
diario para disminuir esa incertidumbre de alguna manera. Miscompañeros de
clase escribieron algo en él como recuerdo. Así, de algún modo, envolví mi vida
pasada. Mi mejor amiga Jela y mi primo Rade, los dos mayores que yo, con
quienes viajaba a Prijedor, ya se habían ido a la facultad. Superé la
separación. Quería estudiar, pero tenía la obligación de trabajar cuatro años
para devolver la beca. En junio me informaron de que estaba exenta de esa obligación.
Ya eralibre y podíair a la facultad.
La hora acordada para el encuentro de la generación es a las cuatro
enfrente de la escuela. Hace mucho calor en Prijedor. Me paro un poco lejos del
grupo de gente que se ha reunido enfrente de la escuela y miro a mi generación.
Se nota que han pasado cincuenta años. Me uno al grupo, entramos a la escuela y
nos sentamos en los bancos. En la generación de alumnos de 1964/65 había dos
clases, una de mañana y otra de tarde. Yo iba a la escuela por la tarde porque
venía de Sanski Most. Otros alumnos que iban por la tarde también venían desde
pueblos cercanos.
De los sesenta alumnos aproximadamente de la generación hemos venido
dieciocho, ocho de mi clase y el resto del turno de tarde. Está también el
profesor de derecho, unos años mayor que nosotros. Había acabado recientemente
la carrera universitaria cuando nos dio clase en cuarto. Pasamos un tiempo en
los bancos y hablamos de nuestras vidas. Salgo de la clase y paso por la
escuela. Las plantas superiores están restauradas, pero la planta baja todavía
no. Estoy frente a la sala de profesores y regreso a esos días escolares. Era
una alumna buena y educada y no tenía miedo de la escuela ni de los profesores,
pero en ese espacio existía un respeto al encuentro con la autoridad superior.
Siento esa tensión.
Al cabo de un rato vamos de paseo por la ciudad y luego nos esperan la cena
y el compañerismo. Prijedor ha cambiado. De kasaba[2] se
convirtió en ciudad, la tercera más grande de la República Srpska. El brazo
pantanoso del Sana, Berek, está cuidado, como también el parque que lleva hasta
la parte antigua de la ciudad. El centro se ha ampliado, antes consistía en una
calle, ahora es un verdadero núcleo urbano. La ciudad ha llegado a orillas del
Sana. Hay muchas nuevas escuelas secundarias, pero también muchos nuevos habitantes.
La guerra de los noventa causó una reubicación de la gente. A Prijedor vinieron
los serbios del cantón Sansko-unski de la Federación.
Durante la cena trato de enterarme de algo más sobre los otros de nuestra
generación, leyendo los mensajes y firmas de mi diario que he traído. A
recordar me ayudan Čađo y las hermanas Rada y Dara, que son de mi clase y viven
en Prijedor. Primero descubro que muchos de los que ahora viven en Prijedor no
querían venir porque no querían encontrarse con musulmanes o viceversa. Unos
han muerto, otros no han podido venir o no están invitados porque no había
forma de contactar con ellos. De los que estamos, dos viven en Serbia, tres en
otros países europeos y el resto en Prijedor y Banja Luka. Mencionamos a los
profesores que nos enseñaron. Todos nos acordamos del joven profesor de
serbocroata, Marčetić, quien nos inspiró literariamente. Yo incluso escribí un
cuento para un concurso municipal y gané el segundo premio. Todos tenían
recuerdos maravillosos de él, especialmente teniendo en cuenta que había muerto
muy joven. Los de mi clase hablamos de nuestras dos profesoras principales:
Danica, profesora de inglés, alumna americana y una verdadera dama. Aunque a
nosotros nos parecía presumida, ella trataba de llamar la atención
discretamente, especialmente a las niñas, cuando algo enla ropa o el pelo no
estaba bien. Dana era la otra profesora principal, con quien nosotros
terminamos cuarto y ella su carrera laboral. Por eso se comportaba con nosotros
como con sus hijos. Dormí en su piso las varias veces queno había podido
regresar a Sana.
Hablamos de aventuras diferentes. Recuerdo cómo me copiaban los deberes
antes o durante la clase. Me acuerdo de que a menudo pasaba la clase en el
pasillo porque los profesores me echaban fuera por susurrar. Una vez incluso le
pedí al profesor que me dejara regresar a mi sitio porque en el pasillo hacía
mucho frío. Prometí que estaría callada. Había de todo…
Algunos pasaron toda la noche bailando, disfrutando de la música. Nuestro
compañero Šanta se jactó de que era un exitoso hombre de negocios y de que
trabajaba en Sana. No entendí bien de qué hablaba, porque no sabía que en Sana
existiera ninguna gran compañía. Los otros me explicaron que él era combatiente
del Quinto cuerpo, el comandante Dudaković. Ellos eliminaron a los serbios de
Snaski Most al final de la guerra, cuando se negociaba la frontera entre la
Federación y la República Srpska.
Eso no me agitó mucho porque ya había superado la expulsión de mi hermano
Nine de la casa familiar de Sana. Afortunadamente, mis padres no lo vivieron.
Mi hermano y sus compañeros no aceptaron que la frontera ya había sido acordada
y cuando Arcan dejó el Quinto cuerpo a Sana, se quedaron aislados en Grmeč diez
días, hambrientos y ateridos.
Terminamos la fiesta sobre la medianoche. Acordamos que en el futuro
quedaríamos cada año. No sé si será así, pero la sola intención es un estímulo.
Estoy contenta de haber venido al aniversario y de haber renovado los recuerdos
de miépoca estudiantil.
[1]Matura (lat. maturus:
maduro) es el examen al que se presentan los estudiantes cuando terminan la
secundaria. La maturase entiende como
un examen de madurez, y al aprobarlo se organiza la fiesta de matura.Después,cada cinco o diez años la
generación se reúne para celebrar el aniversario. (N de la T)
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