El 17de agosto tomé por octava vez dexametasona. Al día siguiente fui al análisis de sangre planificado y empecé el análisis de orina de 24 horas, consciente de que la continuación del tratamiento dependería de ese resultado, (más quimioterapia, si los resultados están mal; la obtención de células madre si están bien). Ni después de la consulta con la doctora Ana el 19 de agosto al mediodía, sabía por qué se esperaban todos los resultados y el consejo de médicos. La nueva cita con la doctora sería el 26 de agosto, cuando empezaría la pausa de medicamentos. Al final lo acepté todo tranquilamente porque no podía cambiar nada.
*
Hoy, 25 de agosto, es el cumpleaños de Maja,. Tenía
treinta y dos años cuando me enteré de que estaba embarazada. Esa vez lo acepté
como algo normal y natural, lo que no había pasado antes. No me agobiaba con
las preguntas de cómo compaginaría el trabajo y el cuidado del niño,
simplemente sabía que lo quería. Quizás el reloj biológico influyera en mis
sentimientos. Fui a la oficina todos los días, solo dejé de viajar.
Sentí el dolor durante la noche y por la mañana, el 24 de
agosto, fui al hospital Narodni Front. Cuando sentí el dolor por la mañana,
pensé que esa no era fecha para uncumpleaños. Cuando por la tarde empezó el
parto, todo iba tan lentamente que los doctores del turno nocturno concluyeron
que lo mejor era esperar al turno de mañana, cuando el equipo estaría completo,
especialmente por mi edad y otras posibles complicaciones. Di a luz al día
siguiente, 25 de agosto, a las siete. El bebé tenía el cordón umbilical
alrededor del cuello, así que di a luz por extracción al vacío. Mi hija estaba
morada, pero empezó a llorar poco después. Yo sufrí una gran hemorragia y
sobreviví a duras penas. Me quedé en el hospital durante veinte días.
El bebé estaba estupendamente, pesó 4,6 kg y midió 52 cm,pero
yo estaba débil y agotada. En mi habitación habíaparturientas cuyos bebés eran
prematuros. Las madres estaban sanas, pero estaban en el hospital de niños y
estaban nerviosas, aunque llenas de energía. Mi caso fue al contrario: yo
estaba enferma y el bebé estaba sano. Tuve fiebre durante siete días y no me
traían al bebé. Unos días después del parto vino a la habitación una pediatra y
me preguntó con voz enfadada por qué no me iba a casa y me llevaba ese
maravilloso niño. En el hospital podía contagiarme de alguna enfermedad.
Después de eso, la enfermera me traía albebé y demostraba gran preocupación por
mi salud y la del bebé. Me decía que Maja era una niña maravillosa, tranquila y
buena. Maja continuó recibiendo esos piropos después también, e incluso hoy en
día. Siempre agradezco a Dios y a la naturaleza que sea así.
*
Finalmente,
el 26 de agosto, me entero de los resultados. La doctora Ana nos dice que la
enfermedad se ha estabilizado y que el consejo de médicos opina que el
trasplante es la mejor terapia siguiente. Explica en qué consiste esa terapia.
La enfermedad provoca una deformación de los glóbulos blancos. Las células
madre que originan los glóbulos blancos son más longevasy están sanas. Por eso
se hace el trasplante.
Hablamos
del dolor de espalda. La doctora me dirige a hacer exámenes de todos los huesos
para ver su estado. Añade que hay que esperar mucho por las imágenes por
resonancia magnética. La radiografía se programa para el 28 de agosto. Tenía
miedo de este procedimiento porque en enero, durante la radiografía en el
Instituto de Hematología en Belgrado, tensé el músculo cerca del esternón. Sentí
un intenso dolor que duró mucho tiempo. Lo siento todavía, aunquemucho menos.
Afortunadamente,
resultó que mis temores eran infundados. La radiografía pasó muy fácilmente y
en pocos minutos. No me dieron la vuelta, sino que primero estuve de pie con la
espalda hacia el panel y luego hacia la derecha. El enfermero fue muy
simpático. Trajo a su amiga búlgara para que me conociera. Ella nació cerca de
la frontera con Serbia y dijo que tenía familiares en Niš y Pirot.
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