El
vuelo a Barcelona del 4 de octubre pasó según el plan y sobre las cinco
llegamos, sin demora. En el aeropuerto de Roma había una gran muchedumbre,
especialmente en las puertas para las ciudades europeas, porque todavía era
temporada turística. En general, el vuelo fue bien, no me cansé.
*
El cumpleaños de Mile es en octubre. Pienso cómo conocí a
Mile, o Mileta, su nombre recibido en el bautismo. Después de su experiencia
laboral en comercio, vino a la Legislación de Serbia, una secretaría del
Gobierno, a principios de los setenta y allí se quedó hasta la jubilación en
1999, después del bombardeo. Fue un excelente licenciado en derecho, experto en
asuntos constitucionales. Nos conocimos a través del trabajo, porque yo también
trabajé en la Administración de la República hasta 1972. Entonces los dos
estábamos casados. Mi matrimonio terminó en divorcio por consentimiento mutuo
de manera relativamente fácil porque no teníamos hijos ni propiedad en común.
En su caso todo tardó más por su hijo. Nuestraprevia experiencia matrimonial
contribuyó a nuestro respeto mutuo a la independencia profesional y las
opiniones diferentes. Mile nació en el pueblo de Dren, en el municipio de
Obrenovac. Su padre Milisav y su madre Nada tuvieron ocho hijos. Una familia
numerosa con relaciones intrincadas. Por un acuerdo táctico, aceptamos la regla
de que cada uno mantuviera relaciones con su propia familia. Eso nos hizo la
vida más fácil. A través de Mile y su familia, yo empecé a entender mejor la
vida del pueblo y de la gente en Serbia en general.
Mi historia familiar es simple. Mi padre fue, en los
partisanos y en el Partido de Comunistas, un obrero con la casa en el asfalto.
La Segunda Guerra Mundial dejó detrás una profunda desconfianza entre la gente
de diferente religión, los cristianos ortodoxos, los musulmanes y los
católicos. Las relaciones en público eran distantes. Tratábamos de evitar
comentarios y bromas que pudieranofenderal interlocutor porque no sabíamos cuál
era su religión. Éramos pobres y creíamos que si éramos buenos estudiantes y
terminábamos la universidad, tendríamos futuro. Esto significabaque los cuatro
hermanos no teníamos nada por lo que pelearnos. Nos ayudábamos los unos a los
otros siempre que podíamos. Éramos un verdadero ejemplo de la familia
socialista prototípica.
La familia de Mile era una rica familia de pueblo que
trabajaba mucho y creía que esa era la base de su futuro. Su abuelo Marko, de
Dren, terminó en la cárcel cuando en 1946 rechazó vender a las autoridades
estatales la cantidad de cereales que le pedían, porque no tenía tanto. Se
apropiaron de su tierra, que luego fue devuelta. Dren es un pueblo en una
llanura junto al río Sava, conveniente para el cultivo de hortalizas. A Mile le
gustaba Dren y siempre contaba cómo guardaba sandías con su tío Jakov. Cuando
compraba sandías se vanagloriaba de saber cuáles estaban buenas porque tenía la
experiencia de su infancia. El padre de Mile, Milisav, dejó Dren y se fue a
vivir a la finca de su esposa en Dokmir. Así, en Dren quedó más tierra para sus
dos hermanos. La madre de Mile era hija única. Su padre, Radomir, descuidó su
finca porque consideraba que no tenía descendientes. Finalmente, el yerno acabó
reparando la finca. La numerosa familia Đokić funcionaba como una empresa: a
cada miembro de la familia se le asignaba una tarea según su edad y capacidad.
Querían y respetaban al padre y a la madre, pero Milisav era el modelo
principal para sus hijos. Durante la Segunda Guerra Mundial llegaron Kalabić y
sus chetniks al pueblo. Tenían familia allí. El padre de Mile fue condenado a
cuatro años de cárcel porque Kalabić había estado en su casa. Luego la pena fue
reducida y estuvo en la cárcel un año y medio. A través de la familia de Mile
me di cuenta de que en Serbia existían muchasdivisiones, incluso donde solo
vivían Serbios.
Mile sentía amor y comprensión por el campo y los
campesinosdesde la infancia. Disfrutaba cuando, a través de las leyes y otras
regulaciones, podía ayudar a la agricultura. Cuando se preparaba la Ley del Aguardiente,
él trató de que no se perjudicara a los campesinos. Entonces Toma Nikolić era
diputado de la oposición y los dos eran muy activos en los debates de la comisión
de la Asamblea. Tenía una increíble energía laboral que yo envidiaba. Podía
dormir solo unas pocas horas y no se le notaba. Yo estoy completamente agotada
si no duermo siete u ocho horas al día. También, cuando descansaba estaba
completamente relajado, a diferencia de mí. Yo siempre tenía la mala conciencia
de pasar tiempo en la haraganería. Quizás esa sea la diferencia entre las
energías masculina y femenina. Con Maja era cariñoso y completamente
indulgente, quizás había gastado toda su austeridad con su hijo Siniša. En los
momentos difíciles de mi vida, cuando pensaba que nadie me entendía, siempre me
sorprendía la profundidad de su comprensión y la atención que me prestaba.
Sentía que él era la pareja idónea en todos los sentidos.
Al
día siguiente descansé y regresé a la rutina de la enfermedad: el 6 de octubre
fui al hospital de nuevo. A las siete tocaba la extracción de sangre para el
análisis. La interpretación de los resultados estaba prevista para el mismo día
a las once. Después de una larga espera, nos recibió el doctor Martín. Me
enteré de que él estaba encargado del trasplante y que sería su paciente. Dijo
que las pruebas estaban bien, que incluso habían mejorado comparadas con el
análisis anterior. Anunció que ingresaría en el hospital hasta finales de
octubre y que debía pasarantes varias pruebas. Alguien del hospital me diría el
plan de las pruebas en los días siguientes.
Esta
información mejoró mi estado de ánimo y le perdoné que hubiéramos esperado tanto.
Le pedí que viera la radiografía de los huesos que me habían hecho antes de las
vacaciones según las instrucciones de la doctora Ana y de la que no me habían
dicho los resultados todavía. El doctor Martín vio en la radiografía que tenía
ocho vértebras deformadas y que tenía que llevar corsé. Le pregunté si existía
la posibilidad de aplicar radiación. Respondió sorprendido que no era
necesario, que disminuiría la médula ósea y afectaría el futuro tratamiento.
Consideró que el corsé era la mejor solución, el menos perjudicial, pero que de
todos modos, había que curar la enfermedad principal y despuésdiscutir eso.
Me
han informado en el hospital de que el martes 14 de octubre tengo programada la
prueba para determinar la capacidad pulmonar. Debería tener el programa de
todas las pruebas antes de ingresar en el hospital. La prueba para determinar
la capacidad pulmonar dura sobre una hora. Son varios tipos de inhalaciones y
exhalaciones y a través de un programa de ordenador se obtienen los parámetros
de la capacidad. Al final la enfermera me dijo que todo estaba bien y que
pasaría los resultados a mi doctor. En el mostrador tomé el programa del resto
de las pruebas y hable con la enfermera María.
Así
empezó mi nueva ronda de pruebas.
La
extracción de sangre estaba programada para el 15 de octubre por la mañana ,
luego la radiografía de los pulmones y a las diez la consulta con el doctor
Alberto. Recibimos por escrito de la enfermera qué se debía traer al hospital.
Son solamente cosas personales: pijamas, zapatillas, champús; no hay que traer
toallas. Las habitaciones son individuales y están preparadas para personas con
inmunidad baja. Eso se consigue con una especial circulación del aire, que no
tiene contacto directo con el pasillo porque la habitación tiene una puerta
doble y una especie de antesala donde los visitantes se cambian y se lavan las
manos. En la habitación hay un sofá especial donde pueden dormir las visitas. Estas
están permitidas, pero solo individuales. Los niños no pueden entrar en la habitación
y los adultos que tienen hijos deben bañarse y cambiarse la ropa por completo
antes de la visita.
El
doctor explicó qué era el trasplante, cómo se realizaba y cuáles eran los
problemas que el paciente podía tener. Se permanece en el hospital hasta tres
semanas. Primero, a través de quimioterapia se eliminan todos los glóbulos
blancos dañados. A la vez se dañan otros componentes sanguíneos, pero se
recuperan a través de transfusión. El proceso dura dos días, sigue un día de
descanso y el cuarto día se devuelven las células madre obtenidas anteriormente.
Aunque
la quimioterapia abandona el organismo muy rápidamente, es necesario un día de
pausa antes del trasplante para que los posibles restos de quimioterapia no
dañen las nuevas células madre. Sin embargo, los glóbulos blancos muertos
tardan más en abandonar del cuerpo, lo que se solapa con el retorno de las
células madre. Después de la implantación de las células madre, pasan unos días
antes de que estas empiecen a producir los componentes sanguíneos. En ese
período, el paciente tiene la inmunidad débil. El resto de los componentes
sanguíneos mejoran con la transfusión, pero para el aumento de la inmunidad es
necesario que las células madre empiecen a producir nuevos glóbulos blancos. El
tiempo que el paciente pasa con la inmunidad baja depende de cada organismo y
de procesos interiores que no se pueden prever. El aislamiento de virus y
bacterias, el control médico y las transfusiones contribuyen a que todo pase de
la manera más segura posible.
El
médico nos ha dado los documentos para firmarlos, lo que implicaque hemos
entendido todo lo que ha dicho y lo que está escrito y que estamos de acuerdo
con que todo se realice en el hospital. Existen tres tipos de consentimiento:
que consientes, que rechazas y que no quieres saber nada, pero consientes. En
el último caso, un testigo también tiene que firmar que ha sido así. Hemos
llevado los documentos a casa y los hemos examinado bien. Así es el protocolo.
Voyala
prueba de corazón el 16 de octubre: una ecografía doppler de los vasos
sanguíneos del corazón y un electrocardiograma. Esta fue la última prueba de
preparación para el ingreso en el hospital. Falta solo insertar el catéter
venoso central, tienen que programármelo.
Tengo
de nuevo consulta con el doctor y la enfermera el 20 de octubre. Tenemos que
devolver al doctor el consentimiento firmado y preguntar lo que no nos quede
claro.
Todas
las pruebas están bien. Él escribe la orden médica de hospitalización para el
27 de octubre y nosotras la entregamos al personal administrativo del hospital.
La enfermera nos hizo un recorrido por el hospital para mostrarnos dónde estaba
el departamento de admisión y cómo eran las habitaciones. En el mostrador de
recepción nos dijeron que la admisión era después de las tres de la tarde, pero
que iban a llamar el día programado antes de la una para confirmar la admisión,
porque existía la posibilidad de que la admisión se aplazara en el caso de que
el paciente que se encontraba en la habitación tuviera que quedarse más de lo
planeado.
Ahora
cuento los días y acumulo nerviosismo. Al día siguiente me insertan el catéter
y entonces todo está listo. Llegamos al hospital el 24 de octubre a las ocho y
media y nos llaman para la intervención dos horas más tarde. En comparación con
la última vez, cuando me insertaron el catéter para la aféresis, esta vez he
esperado menos en el bloque quirúrgico. En conjunto no se puede tardar menos de
tres horas desde la recepción hasta la finalización. El doctor realizó la
intervención. Todo ocurrió rápida y habilidosamente. Las dos veces el problema
mayor fue que estaba casi desnuda en salas muy frías y cuando me lavan con
alcohol me congelo. Todos son muy amables, siempre te consuelan diciendo que
terminará rápidamente y que pronto podré desayunar.
Hablando
de desayuno, quiero mencionar que siempre nos advierten que no podemos comer
siete horas antes de la intervención, pero nadie menciona el agua. Cuando me
preguntaron si había comido, respondí que no, pero que había tomado agua. La
enfermera se preocupó mucho y dijo que el agua no afectaba en el caso de la
anestesia local, pero que si había problemas que causaran tener
queadministrarme anestesia general, el agua del estomagó se iríaa los pulmones.
De
la cirugía me llevaron a la sala de recepción, donde descansé, me cambié, tomé
un gramo de paracetamol y desayuné. Después de todo eso, Maja y yo nos fuimos a
casa. Durante el día sentí dolor, pero todo fue soportable.
Además
de ir al hospital, estas tres semanas desde que regresamos de Belgrado paso el
tiempo de la manera habitual: leo, escribo y paseo. He preparado los materiales
para los estudios de doctorado en la Academia, para la asignatura de
Metodología de la investigación científica. He ido a comer fuera dos veces, lo
que es menos que en Belgrado, pero aquí tengo menos amigos. Tengo tiempo para
el descanso y los recuerdos.
Como
no fui al hospital el lunes 27 de octubre, tal y como estaba planeado, el
martes fui a la consulta de la enfermera María para que me limpiara el catéter
y cambiara el esparadrapo. Mi cabeza está hecha un lio: hasta la una espero a
que me llamen del hospital para ir por la tarde, y como no me llaman, empiezo a
planear el día en la casa. Cuánto durará esto, no lo sé, pero no puedo hacernada.
Solo puedo esperar. Ya no pienso en cómo iráel trasplante, sino cuándo iré al
hospital.
Comencé
el día de 31 de octubre nerviosa, esperando la llamada del hospital. Sobre la
una, Maja llamó al hospital para preguntar si tenían información sobe mi
ingreso. Le respondieron que debía irese día. Ese día Nela y Siniša tuvieron a
su hija.
NUEVA VIDA: Estaba esperando a que me avisaran de si Nela había dado a luz y sobre el
mediodía Siniša nos avisó que la pequeña Nora había llegado y que tanto ella
como la madre estaban bien. La fecha, el 31 de octubre. ¡Me alegré mucho! Pero
para asimilar una noticia tan grande hace falta tiempo, tiempo para que uno se
dé cuenta de la nueva realidad y del fenómeno de la nueva vida. El nuevo ser,
que con su llegada cambiará por completo la vida de Nela y Siniša, influirá
también en el resto de nosotros. La noticia de que Nela había dado a luz hizo
desaparecer mi nerviosismo por el hospital y me iluminó completamente con la
luz de la nueva vida. Me alegraba, pero a la vez estaba triste porque no podía
compartir la alegría con Mile. ¡Ay, Dios, cuánto se habría alegradoél! Siento
que Nora no conocerá a su abuelo Mileta, pero espero que Siniša le hablemucho
de él.
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