Después
del trasplante de células madre, si todo está bien, los análisis de sangre son
obligatorios cada cinco o seis días para vigilar la inmunidad y otros
parámetros de fórmula leucocitaria. El control relacionado con la enfermedad
subyacente es en febrero, tres meses después del trasplante. Se considera que
es necesario que pase este período para que el organismo se reponga y se vean
los resultados.
Hoy,
1 de diciembre, cinco días después del alta hospitalaria ha sidoel primer
control. Por la mañana me he hechoun análisis de sangre. He tenido la
oportunidad de saludar a la enfermera María. Ella considera que dejé el
hospital muy temprano, e incluso mencionó que en el consejo médico habían
comentado que yo era un ejemplo típico del desarrollo del trasplante. Y a mí me
parecía infinitamente largo. Luego he idoa la consulta de la doctora Ana. Los
resultados están bien. Los glóbulos blancos, que sirven para la protección de
infecciones, están a ochocientos, lo que es poco. Por eso me ha mandadodos
inyecciones de Neupogen, una para hoy y la otra para el viernes siguiente.
Comentó que mi organismo reaccionaba fuertemente a las inyecciones porque
después de la inyección que me habían administrado en el hospital me habían
subido los glóbulos blancos de cuatrocientos a veintidós mil, y luego bajaron a
ochocientos.
Yo
me voy recuperando poco a poco, pero ahora Maja tiene anemia total. Me quiere
ayudar, pero solo con peticiones simples: «Dime qué necesitas y yo lo haré.» Ha
empezado a ir al psicólogo.
El
segundo control es el 9 de diciembre, de nuevo primero hay análisis de sangre, y
luego consulta con la doctora Ana. La inmunidad ha aumentado, he llegado hasta
dos mil cien glóbulos blancos. Me prescribeel antibiótico Septrin Forte tres
veces a la semana, contra una bacteria que causa neumonía. Este medicamento
puede bajar la inmunidad, por eso pide que vuelvaa hacerme un control al cabode
una semana.
*
En esta mañana de diciembre las preparaciones para el
viaje a Belgrado me han recordado cómo Maja y yo viajamos durante años de
Sevilla a Belgrado durante lasvacaciones navideñas. Fueron viajes difíciles por
la gran distancia y el bloqueo del transporte aéreo con Belgrado. El viaje por
el día de San Nikola en 1993 fue especialmente difícil y triste. Primero
volamos a Bucarest y allí pasamos la noche. En Bucarest hacía un viento terrible
(košava)[1]
y nevaba tanto que apenas pudimos caminar del taxi al hotel. Al día siguiente,
temprano, volamos a Timisoara y desde allí fuimos a Belgrado en autobús.
Llegamos a casa por la noche. Yo estaba cansada y resfriada y solo quería
descansar. Pero no pudo ser, porque por la mañana me avisaron de que mi padre
había muerto y que el funeral sería al día siguiente. Por fortuna, murió en su
casa, antes de que los serbios fueran expulsados de Sana. Sé que Bosnia está en
guerra, que estamos en invierno y que es arriesgado viajar, pero siento que
tengo que ir al funeral. Tengo la impresión de que él ha muerto al sentir que
yo había llegado a Belgrado y que podía ir a despedirlo. Salgo el mismo día.
Mile tiene prohibido salir de Serbia por la guerra y yo viajo con Ljuba, un
hombre maravilloso, tranquiloy valiente. Conducimos por la carretera, las
barricadas y los guardias están por todos lados, hay detenciones y controles de
documentos. Llegamos justo cuando el cortejo fúnebre partía del patio de
nuestra casa.
La terrible ruptura de la antigua Yugoslavia, el destrozo
de los sueños de hermandad y unidad, el socialismo, así como las consecuencias
del deterioro de los valores anteriores se veían mejor en mi padre. Cuando
empezaron los conflictos en Bosnia, vino a Belgrado y se quedó unos tres meses.
Estaba perturbado y decepcionado, hablaba de cómo no podía vercómo expulsaban a
la gente, como robaban, se llevaban cosas y derrumbaban casas. En Sana eso le
ocurrió primero a los croatas y a los musulmanes. Quizás por eso mi padre se
sentía más culpable. Cuando la situación se calmó un poco y cuando él aceptó el
nuevo estado, regresó a casa para estar con sus nietos. Mi hermano Nikola ya
estaba en la guerra. Dios, qué triste estaba por la muerte de mi padre, por esa
desgracia que le ocurrió a todos, especialmente al pueblo en Bosnia.
Tercer
control, 16 de diciembre; los resultados son estables, pero la calidad de los
glóbulos blancos ha bajado. Dentro de una semana tengo otra prueba antes del
viaje a Belgrado.
VISIÓN:
Mis pensamientos están divididos entre lo que ha pasado y lo que pasará,
probablemente porque estoy esperando la última prueba y quiero irme a Belgrado.
Un día, mientras estaba sentada en el sillón del salón, completamente
desconectada de la realidad, vi a mi nieta en mis pensamientos errantes, una
niña pequeña que caminaba por la habitación hacia mí. Era la imagen de mi Maja
cuando era pequeña, solo que con el pelo más largo. La experiencia fue tan real
que estiré los brazos hacia mis sueños.
Por
fin llega la cuarta prueba, el 23 de diciembre, el día antes del viaje a
Belgrado.
Los
resultados están bien, salvo los glóbulos blancos. Recibí dos inyecciones de Neupogen,
una inmediatamente, la otra al cabo de dos semanas, en Belgrado. No hace falta
que me haga ningún análisis en Belgrado y puedo quedarme hasta el 3 de febrero,
cuando se hará el chequeo de la enfermedad subyacente.
[1]Košava es un tipo de viento del sureste, frío,
con mucha turbonada que se da en Serbia y en algunos países cercanos.
Нема коментара:
Постави коментар