26.5.17.

CUENTO DEL PRIMER EMPLEO



Zora terminó la Facultad de Economía en cuatro años. Unos meses después, con veintitrés años, justo el día de su cumpleaños, el 10 de marzo de 1970, empezó a trabajar en Belgrado. Primer empleo, nueva vida en la ciudad que será su hogar. En esa época estaba vigente la directiva del Partido Comunista que decía que había que emplear a los jóvenes y educados, especialmente a las mujeres. Qué buena coincidencia. La estancia temporal en Belgrado y vivir ilegalmente en la residencia de estudiantes Studentski grad[1]tenían que terminar. Parece que su deseo de vivir en una ciudad grande se podía hacer realidad. Se quedó a vivir ilegalmente con su novio, que todavía era estudiante en el bloque masculino, pero eso llegó a su fin. Buscan juntos un piso de alquiler y empiezan una vida matrimonial. Empieza la vida en los pisos de otras personas, las habitaciones alquiladas con cosas de otras personas. Ella es joven, cohibida, ambiciosa y llena de temor ante esta nueva y desconocida fase de su vida. Su aspecto físico encajaba en el dictado de la moda de esa época; faldas hasta la rodilla, camisetas, pelo rubio. Lo que se nota primero es su tez rosa pálido y los grandes ojos castaños que revelan curiosidad e inteligencia.
Las oficinas del Instituto de Urbanismo y Vivienda, donde viene a trabajar el primer día como empleada en prácticas, están el edificio del Ayuntamiento de Stari Grad, en el quinto piso. Primero el amplio recibidor de entrada, luego el ascensor y por últimoentra con el director, Milan,a la oficina en la que está su escritorio. Enfrente está el escritorio de otro compañero, el empleado en prácticas Voja, un señor mayor. Hay unos cuarenta empleados, la mayoría están en la mitad de su carrera laboral y muchos están a punto de jubilarse y tienen hijos adultos. Contratar a dos chicas jóvenes en prácticas, Zora y Verica, parece lógico. Las horas de trabajo son de sietea tres. Para Zora es una pesadilla levantarse temprano e ir en transporte público desde Banovo Brdo, donde alquila un piso, lo que se convierte en una tortura cuando el nervioso director Milan,que al parecer, no tiene otra cosa que hacer, empieza a esperar delante del ascensor a los que llegan tarde y les grita. Verica y Zora están en ese grupo casi siempre. Cuando logra pasar por ese fuego y cerrar la puerta de su oficina, que está justo en frente del ascensor, empieza la tranquilidad de la mañana. El compañero Voja está sentado en su mesa desde las seis y lee tranquilamente el periódico Política. Al oír los gritos, hace un gesto con la mano y le aconseja no prestar atención y le ofrece un café que ya había pedido. Durante la siguiente hora lee en voz alta las noticias más importantes de los periódicos e interpreta lo que está escritoy lo que está entre líneas. Fue entonces cuando ella aprendió que había que comprobar cada noticia, o sea, que hay que dudar de todo lo que publicanlos periódicos. Poco a poco,descubrió algunas cosas sobre la vida de Vojin. Se graduó de la Facultad de Derecho antes de la Segunda Guerra Mundial. Pasó la guerra con los partisanos. Después de la guerra llega a ser un funcionario importante de la Comisión Central de Planificación. Estuvo dos veces, durante tres años cada una, en el campo de concentración para políticos en Goli Otok porque era simpatizante de la Unión Soviética después del conflicto entre Tito y Stalin. Después de eso, hizo estudios y análisis irrelevantes en las instituciones donde la gente de la UDBA[2]podía controlarlo. A su mujer, que era maestra, la maltrataron y le pidieron que se divorciara, y cuando ella se negó a hacerlo, se quedó sin trabajo. Él no abandonó la ideología del comunismo y no estaba amargado, más bien se podría decir que lo consideraba como un juego del gato y el ratón con la policía secreta. A veces, normalmente por la mañana, visitaban a Voja algunos de sus conocidos. Entonces Zora procuraba salir de la oficina para no molestarlos. Se dio cuenta de que de que eran sus amigos de prisión y que normalmente se reunían cuando algo sucedía en el partido o cuando las delegaciones extranjeras visitaban Belgrado. Después de una de esas reuniones, cuando se despedían, oyó una pregunta dirigida a Voja: «¿Has preparado la manta?» Más tarde, Voja explicó que él se iba a la cárcel durante las visitas de los extranjeros porque lo consideraban peligroso para el orden público.
Además de Voja, Zora colabora estrechamente con Jelena, también abogada, de la edad de Voja. Sin embrago, sus vidas son completamente distintas. Jelena viene de una rica familia belgradense. Después de la guerra confiscaron sus propiedades y pudieronquedarse solo con un piso al lado del Teatro Nacional. Al contrario, su marido tiene la biografía de los partisanosy es un alto funcionario en Serbia. Jelena no muestra interés por la política, pero le interesan loseventos culturales y los personajes públicos. Zora iba a su piso a menudo, para cualquier cosa o a algunatertulia. Era un piso enormecon dos áreas con entradas independientes. A la derecha, la cocina y la habitación para los sirvientes,y a la izquierda su piso. Un salón grande con un piano es la habitación más importante.
Poco a poco, Zora dominó el arte de escribir y analizar datos con la generosa ayuda de Voja, quien era el revisor de todos susestudios terminados. Se fue relajando gradualmentede la tensión y el nerviosismo ante lo desconocido, y no solo cuando se trataba de trabajo. Había venidode una provincia de Bosnia a estudiar en Belgrado. Vivió en Studentski grad y pasaba su tiempo con ls jóvenes similares a ella. Su beca apenas cubría los gastos de la vivienda y la comida en el comedor de la residencia. Para otros gastos, le quedaba muy poco o nada. Creía en los principios socialistas de los derechos iguales para todos. Hasta ahora había vivido y pasado tiempo con gente similar a ella, pero ahora en el trabajo conoce a gente de diferentes experiencias devida y situaciones económicas.
Su situación económica no había cambiado mucho desde que había empezado a trabajar. Pagaban mucho más por el piso, su marido todavía estudiaba y no teníaingresos regulares. Los estudios de magisterio en su facultad se amplían y se forman nuevas cátedras, asíque ella se matricula en 1970 enla cátedra de Economía Monetaria. El programa incluye dos años de enseñanza y la tesis de máster. Las clases se imparten por la tarde desde las cinco. Empieza un nuevo ritmo de vida. Trabaja hasta las tres, come algo y se va a las clases. El matrimonio estudiantil empieza a perder la batalla entre las ambiciones y la perspectiva de la vida de dos personas jóvenes. Y muy pronto termina oficialmente con undivorcio de mutuo acuerdo.



[1]Studentski grad (La ciudad de Estudiantes) es la mayor residencia de estudiantes de Belgrado (N de la T)
[2]Administración de seguridad del Estado, la policía secreta de Yugoslavia (N de la T)

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