27.5.17.

CUENTO DE LA INFANCIA EN TRAVNIK




Ya por la mañana, muchos niños salen a la calle estrecha entre casas adosadas de la almahala.[1]La colina con las casas está a un lado del foso profundoque rodea la fortaleza de Travnik, en el otro lado está el casco antiguo. A través de un puente estrecho de piedra se entra a la fortaleza. Desde el puente, una calle recta y escarpada baja hacia el centro.

Ahmet e Hilda, de cinco y cuatro años respectivamente, dos de los cinco hijos de Eminica, forman un equipo inseparable. Asíllamaban a su madre, por su marido Emin. Vivían en la última casa en lo alto de la calle, junto a la misma fortaleza. Desde una ventana especial que sobresalíade la pared exterior, del porche, su madre vigilabaa los niños en la calle. Allí están Mirko y Zora, hijos de Mlađa, de la misma edad, que vivían en una vivienda social, justo al lado del puente, en la planta baja de un edificio que tenía un jardín que daba al foso. Para ir a la calle, se salía al lado del edificio por una verja alta que bloqueaba la vistasobre el jardín. En el piso de arriba vivía una familia con dos hijos de edad similar que pocas veces participaban en los juegos de los niños y sus travesuras. A este grupo se unían a menudo un hermano y una hermana mayor de Ahmet, pero también otros niños del barrio.

Los niños jugaban en un espacio enorme entrelas murallas desordenadas y los túneles de la fortaleza medieval,la ciudad antigua desde cuyas rocas de la parte superior se ve y se oye el rugido del río azul. A los niños les acompañaban las cabras que saltaban sobre las murallas con agilidad y se colgaban sobre las rocas por encima del agua.Todos los juegos estaban repletos de desafíos: cómo pasar por un túnel sin luz, subir a alguna roca, etc. Mirko era el cabecilla capaz de superar todos los desafíos. A él le obstaculizaba la obligación de cuidar de su hermana menor, que no lo podía seguir. Durante el invierno, lo más importante era ir en trineo y patinar. Todaslas calles tienen una bajada empinada y acaban en el centro, y los niños, además, echaban agua por las calles,así que había muchas caídas por la mañana y los transeúntes que iban al trabajo se lastimaban. Todos los niños tenían trineos hechos a mano con la ayuda de diferentes artesanos. Mirko y Zora tienen un trineo hecho en el taller de prisión porque su padre era policía. Era fuerte, pesado y seguro. Mirko lo usaba a veces en las peleas de los niños. Pero una aventura especial fue cuando Mirko y Halid encontraron un jergón que se les olvidó meter en casa. Es un colchón, una base en la que se acostaba la gente, una tela de cáñamo de tejido grueso que se llena conpaja de maíz, la parte blanca de las hojas que envuelve la mazorca del maíz maduro. Era un poco más grande que una cama. Mojaron el jergón y cuando se congeló, nos sentamos todos o nos tumbamos y empezó la vuelta por las calles empinadas, como en una alfombra voladora. Por suerte, el jergón se deshizo antes de que alguien se lastimara.

Un día de junio, al atardecer, muchos de los niños pequeños estaban ocupados jugando con el perro que les acompañaba. En el grupo también estaba Zora, y además, delante del perro. Mirko y otros niños estaban ocupados reparando algo. De repente, el perro se perturbó, empezó a ladrar y le mordió a Zora el labio. Todos empezaron a gritar y huyeron, el perro el primero. Mirko y Zora, que estaba gritando, entran en el jardín de la casa y allí les espera su madre, que se queda conmocionada al ver a Zora cubierta de sangre. El padre la lleva al hospital. Allí le suturan la mordedura al lado izquierdo del labio inferior y superior. Dicen al padre que seguro que le quedará una cicatriz. Después de ese acontecimiento, los padres empezaron a limitar las salidas de los niños, especialmente por la noche. A eso llevó, particularmente, la muerte de un niño que fue atropellado por un camión cuando iba a toda velocidadensu trineo. En septiembre de 1952, Mirko y Ahmet empezaron a ir a la escuela, y Halida y Zora al año siguiente.

Zora terminó primero de primaria en Travnik y después del primer semestre del segundo curso su familia se mudó a Sanski Most, una ciudad pequeña junto al río Sana, así que todos llamaban ese lugar de forma corta «Sana». La mudanza interrumpió los juegos y las amistades de entonces. En Travnik las casas eran adosadas, con muchos niños que jugaban y saltaban por las calles. La casa de Sana estaba en la salida del centro hacia el pueblo de Zdena. Su casa era la tercera en la calle, trescientos metros desde la anterior casa, en la que no había niños, y así también desde la siguiente. Todo plano, no había subidas para ir en trineo. Zora está de pie detrás de la cama de matrimonio en la habitación de sus padres y miracon tristeza la calle desierta mientras está nevando. Mirko había hecho nuevos amigos, así que ellos dos pasaban menos tiempo juntos. Por las noches soñaba con sus antiguos amigos y poco a poco aceptó la soledad, solo de vez en cuando jugabacon alguna amiga o con los compañeros de Mirko cuando jugaban al fútbol en el jardín. Algunos de esos chicos ibana la misma clase que ella, así que a veces ella,a cambio,hacía sus deberes. Todo lo que para ella era estupendo y alegre en Travnik, aquí era gris y desolado. Por suerte, en Sana había una biblioteca de la que ella y su hermano siempre cogían libros. A la escuela se iba pasando un puente de madera. Al pasar el puente se veían las olas entre las tablas y ella, llena de miedo, no podía dejar de mirar. El miedo al río crecido era su pesadilla, incluso muchos años después de la construcción de un verdadero puente.





[1]antiguo barrio turco(N de la T)

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