21.5.17.

RESONANCIA MAGNÉTICA, ENERO DE 2014



Recibí las fiestas de Año Nuevo y Navidad sin diagnosis y sin atención médica. Durante las fiestas, que duraron diez días, no pude hacer nada que me ayudara, lo único que me quedó fue tomar algunas pastillas contra los dolores y esperar a que pasaran las fiestas. Siniša, mi hijastro, me había recomendado un fisiatra que tenía su consulta en la antigua DIF (Facultad de Educación Física), el doctor Rade. Lo llamo y concierto una cita para el 9 de enero a la una del mediodía. Me voy sola, en taxi, no me doy cuenta de lo débil que estoy porque llevo mucho tiempo sin caminar.
Entro en el consultorio y el doctor viene enseguida. Le digo brevemente qué y dónde me duele y entonces, con su ayuda y mucho dolor, me pongo en la camilla boca arriba. Hago lo que me pide: levanto una pierna y después la otra. Me giro y me pongo boca abajo con mucho esfuerzo, pero lo consigo. El doctor pasa los dedos por las vértebras de mi columna para determinar qué es lo que me duele. El primer dolor fuerte está debajo de los omoplatos y el segundo encima de la cintura. Después, el médico,muy serio, me dice directamente: «Está encima de la cintura y yo no me atrevo ni a tocarlo. Ve enseguida a hacerte una resonancia magnética». Salgo del consultorio, cojo un taxi y me voy a Euromedik,que está por encima de Slavija. Espero para hacerme el examen sufriendo unos tremendos dolores. No puedo estar sentada, pero también me es difícil estar de pie. Me llaman para examinarme. Le digo al técnico que me duele mucho y que me ayude a acostarme sobre la mesa fría de la resonancia magnética, y él me dice que deje mis cosas en el perchero, que el examen dura sobre unos quince minutos y que tengo que estar quieta. Cuando logro acostarme, todo lo demás me parece fácil, no importa que esté todo oscuro durante el examen, porque la cabeza está en un túnel y se oye un ruido intenso y zumbidos.
El examen está terminado y el técnico tiene que ayudarme a levantarme, lo que resulta más difícil y más doloroso que acostarme. Tuve que poner los brazos alrededor de su cuelloy casime cuelgo sobre él. Consigo mantenerme en pie, erguirme eir hacia el perchero,pero el técnico me dice que no me ponga la gabardina porque el doctor Miroslav quiere hablar conmigo. Me ayuda a ir a la habitación al lado, donde está el doctor. Lo encuentro mirando las imágenes de mi columna. Me acerco al ordenador, el doctor se presenta y empieza a explicarme que la situación es mala: dos vértebras, Th10 y Th12, están rotas. Sigue enumerando los daños, pero yo ya no puedo seguirlo. Al final oigo que sería mejor hacer enseguida un escáner de la región cervical y lumbar de la columna, para comprobar el estado de toda la columna. El mismo técnico me ayuda a levantarme y a acostarme de nuevo en el túnel. A través del ruido del aparato, poco a poco, me viene a la mente lo que me dijo el doctor y empiezo a enfrentarme al hecho de que tengo una enfermedad, todavía no sé cuál. El examen de la parte lumbar no presentó un problema para mí porque mi cabeza estaba libre. Así terminé el examen de toda la columna vertebral ese día.
Durante el examen, conseguí pensar en preguntas para las que quería obtener respuestas del doctor. Él dice que esas partes de la columna están mucho mejor, pero que existe un colapso inicial de L2, L4, L5 de la región lumbar, así como cambios degenerativos en las vértebras C4 –C6. Propone escribir al día siguiente el informe del examen, para poder revisar las imágenes detenidamente. Quedamos en que Maja vendría al día siguiente para recoger el informe y las imágenes. Después de la conversación con él, descubro que las razones de las fracturas de las vértebras hay que buscarlas en una osteoporosis fuerte y en la metástasis de tumores primarios en la cavidad abdominal o en el mieloma múltiple. Pregunto qué significa lo último. Y mientras él explica que es la consecuencia de cambios en la sangre, yo me siento como si estuviera reconociendo subconscientementemi enfermedad. Contesto al doctor que ya había oído hablar de esa enfermedad y que una conocida mía la había tenido. El doctor me consuela: la enfermedad se cura con éxito y lo que más importa ahora es determinar el diagnóstico. Nos despedimos bastante tristes los dos.
Cuando llego a casa empiezo a entender mi situación. Llamo a los amigos que me pueden ayudar. Primero a Vanja, compañera de trabajo, porque recordé que ella me había dicho hacía dos años que su madre tenía dolores fuertes de espalda y que estaban tratando de diagnosticar la enfermedad. Después de un tiempo, me dijo que su madre estaba bien, que estaba recibiendo tratamiento y que el dolor en general había desaparecido. Fue una conversación breve, así que ni Vanja ni yo pudimos prever que ella iba a ser mi consultora y amiga más importante y que la iba a llamar para preguntarle todo lo que no sabía o lo que me daba miedo.
Vanja me explicó brevemente quésignificaba la enfermedad del mieloma múltiple. Me dijo que se curaba en el Instituto de Hematología, que el tratamiento se reduce a adormecer la enfermedad,que se considera de carácter crónico. Me explicó tal y como se debe explicar a las personas que no son expertas en esa materia, lo que agradecí mucho. No habría sido capaz de entender más, me habría dado aún más pánico. Después le pido que me diga de qué análisis de sangre se deduce que se trata de ese diagnóstico. Muy pronto me envía un mensaje y me dice qué análisis me debería hacer. Al mismo tiempo, señala que hay que esperar algunos resultados de ocho a diez días. Llamo al laboratorio Belmedik para que alguien venga al día siguiente a mi casa parasacarme la sangre y les digo qué análisis necesito. Durante la semana siguiente, cada día llegaban resultados de los que apenas entendía nada. Comento los resultados principalmente con Vanja y Maja. Intento tratar todo de manera racional, porque lo más importante es llegar aun diagnóstico y empezar con el tratamiento para aliviar el dolor. Maja lee en internet y habla con una amiga suya, doctora hematóloga en Barcelona. Soy consciente de pocas cosas porque empleo toda mi fuerza en soportar los dolores. Lo único que quiero es que el dolor desaparezca.
Maja ha tenido que regresar a Barcelona, así que voy al médico casi siempre sola. Comienzan a aparecer otras posibles razones para el problema de la columna. Me hago una prueba para medir la osteoporosis en el Instituto de Rehabilitación. La joven doctora Milica me explica que tengo que acostarme boca arriba y poner debajo de las rodillas una especie de almohada. Al final dice que tengo osteopenia en esa zona, que quiere decir que es menos que osteoporosis y que no puede ser la causa de las fracturas. Me da las instrucciones para hacermeun análisis de hormonas de la glándula paratiroidea y del nivel de calcio en la sangre. Al día siguiente me hago el análisis de sangre. Todos los resultados están bien.
Entonces, por recomendación de Vanja, me hago una cintigrafía ósea, unaimagen general de todos los huesos el esqueleto, para ver si existe metástasis de uncáncer de hueso antes padecido. No me parece lógico tener metástasis si ni siquiera soy consciente de haber tenido un tumor. El examen dura mucho tiempo, más de dos horas, porque hay que esperar a que se vean los huesos después de tomar un líquido. Me acompaña Cica, mi colega y amiga desde hace mucho tiempo. Nosotras dos hablamos de los viejos tiempos y de nuestros conocidos. En la clínica estoy casi todo el tiempo acostada porque no puedo ni pasear ni estar sentada y, como en un sueño, intento intuir lo que vendrá. El doctor Sveta escribe el informe. Las imágenes están bien, se ven fracturas de dos vértebras de la columna, como ya se había mostrado en la resonancia magnética, y cambios degenerativos en la cadera derecha y en la rodilla.
Todos los resultados de los análisis de sangre relacionados con el mieloma múltiple no estaban suficientemente claros porque en general estaban dentro de los valores normales, hasta que no llegaron los resultados del examen de inmunoelectroforesis de suero, IgGA, IgM. En los resultados de los análisis decía: cambiado. Vanja me dijo que de todas formas debía ir al Instituto de Hematología en el Centro Clínico, especializado en enfermedades sanguíneas, y el doctor que me hizo la resonancia magnética me lo señaló. Estudio la lista de los médicos en la página web del Instituto de Hematología y veo que algunos médicos también trabajan en clínicas privadas. Relacionando las enfermedades y los departamentos, llego a la conclusión de que tengo que hablar conel Dr. Darko, quetrabaja en una clínica privada. Llamo para concertar una cita y la consigo para el 19 de enero en Novi Beograd. Recojo todos los resultados de los análisis y me voy a la clínica.
Al doctor le digo la versión más corta y solo lo más importante, cómo me siento y qué resultados tengo. El doctor es serio, atento y está un poco sorprendido de que haya venido a verle sin una revisión anterior y con los análisis de sangre concretos. No obstante, no investiga mucho, le preocupan más los resultados de los análisis y los dolores que sufro. Me pregunta sobre las enfermedades que he tenido o tengo. Le menciono la extirpación de amígdalas y el apéndice. Él pide que levante la pernera del pantalón y ve una variz debajo de la rodilla. Añade que es muy importante para el tratamiento el estado de los vasos sanguíneos. También dice que, como tengo fracturadas algunas vértebras, debería comprar un corsé ortopédico antes de ir al hospital y me recomendó que hablara con el traumatólogo sobre eso. Especialmente, señala que la enfermedad tiene efectos secundarios en los riñones y que se necesitan análisis adicionales de sangre; urea y creatinina.
Por último, dice que para obtener el diagnóstico final es necesario hacer un análisis en una institución de atención terciaria, es decir, en un hospital. Le pregunto si puedo ser hospitalizada en el Instituto de Hematología y qué debo llevardel Centro de Salud.Me dice que llame a una enfermera en el Instituto y que pida hablar con él, y que él verá cuándo puedo ingresar. Mencioné que podría tratarme en Barcelona, pero estoy confundida, cansada y débil, y es más fácil para mí estar aquí en Belgrado. Un poco sorprendido con mi elección, dice que después de recibir el diagnostico, de todas formas, debería pensarlo, porque en Barcelona seguro que tienen mayor opción de medicamentos, que es muy importante para que el tratamiento sea eficaz, especialmente si existen complicaciones renales. Me dice que una planta del Instituto ha sido renovada y que no está en malas condiciones.Pienso: «Dios, en nuestro país los doctores se sienten culpables por las condiciones en las que trabajan, aunque no las pueden cambiar.»
Esta conversación me ha calmado porque ahora sé qué dirección seguir para obtener el diagnóstico. Me ha gustado el doctor. Cuando terminé la conversación, pedí en Belmedik que me hicieran el análisis de sangre, urea y creatinina, como pidió el doctor. Ya sobre el mediodía me avisaron de que los resultados estaban bien y de que los habían enviado al doctor. Ahora estoy un poco más tranquila porque mis riñones están bien.
El lunes 19 de enero llamo al Instituto. Primero hablo con la enfermera Jadranka, luego con el doctor, y me dan la fecha para ingresar en el hospital para el 27 de enero. En mi mente relaciono esa fecha con san Sava y la slava(fiesta del patrón)de la escuela; una asociación que me ayuda a recordar la fecha más fácilmente.

                                                                             *
Cuando iba a la escuela primaria, todas las fiestas y celebraciones estaban conectadas con las batallas de los partisanos en la Segunda Guerra Mundial y con el camarada Tito. Los maestros extraían partes interesantes de los libros infantiles y muchas veces se mencionaban las aventuras de Nikoletina Bursać, de Branko Ćopić, el célebre escritor que viene de nuestra región. Más tarde, cuando Maja empezó a ir a la escuela, a finales de los ochenta del siglo pasado, la celebración de las fiestas escolares se cambió yestas no estaban ya tan relacionadas con la guerra. Maja me dijo que hablaban sobre las aventuras de la infancia de Tito, de cómo él iba en trineo en una palangana… Estaba sorprendida porque en mi época estudiábamos cosas serias sobre Tito. Maja continuó su educación en España, porque nos mudamos después del sexto curso, así que después no tenía más información sobre la educación en nuestro país. No sé si hoy en día los alumnos estudian algo sobre Tito, pero sabemos que estudian sobre san Sava y celebran laslavade la escuela.


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